miércoles, 24 de abril de 2013

El valle de la permanencia.

Espero llegar a cero ceremoniosamente,
abultada la espalda como un enano camello,
las uñas afiladas de masticar mucha hostia.
He visitado los lugares que en el mundo yo creí transparentes.

Abundancia de mierda gelatina en los cerebros
y muchos cristos robando mi comida.
Ensuciaré los altares, porque mi ceremonia son negras
como gafas de detective polaco,
sacaré los ojos de mis fieras, amarillas en el recuerdo,
y hundieré mis dedos en esos huequecitos tristes
donde ningún explorador había llegado
!Alabanza! Grito de paz a las niñas que me amaron
y dejaron sus úlceras lacradas en mi santo semen.
Me reconcilio con la vida para merecer la muerte
¡festejo! ¡festejo siempre!
Cuando vestía de blanco, ¿era yo un hombre oscuro?
La luz me rodeará de luz como una culebra
subiendo hacia el valle de la permanencia,
y permaneceré y veré.


Darío Lemos.

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